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La Patria Libre
La Patria Libre (Número 5)

Las J. O. N. S. presentan ante todo el pueblo la necesidad de que España organice con firmeza su defensa.

Sólo una España fuerte puede asegurar la paz en el Mediterráneo y evitar la guerra

¿España en peligro?

Sólo tenemos elogios para el propósito del Gobierno de organizar fuertemente la defensa de las Baleares. La independencia y la libertad de España reclaman su rapidísima ejecución

Mientras más fuertes más libres. Esto que seguramente es siempre verdadero obtiene su mejor y más plena vigencia en la vida internacional. Un pueblo indefenso y débil no tiene libertad para determinar y fijar su propia actitud con relación a otros. Será siempre satélite de los demás, es decir, carecerá realmente de independencia.

No creemos que haya español alguno que acepte fácilmente para España un puesto de satélite, de pueblo protegido, a merced de los vientos y sin posibilidad de decidir por sí misma la línea internacional que le convenga. Parece, por tanto, que si se exceptúa a la patulea traidora y profesional del pacifismo, todos los españoles considerarán de verdadera necesidad la fortificación de las Baleares.

Es posible que se aproximen borrascas mundiales, conflictos duros, que pongan de nuevo a prueba el vigor y la moral de los grandes pueblos. El «statu quo» internacional está lleno y poblado de contradicciones. Hay varios problemas encendidos que serán difícilmente resueltos dentro del orden internacional que hoy rige. Hay en el Mediterráneo un equilibrio peligroso a base de dos grandes potencias archiarmadas y desde luego rivales a los efectos de las decisiones históricas. Hay la posibilidad del frente germano-polaco con ramificaciones japonesas, a la vez que una nueva amistad militar ruso-francesa.

Y nosotros decimos a los españoles, a la conciencia vigilante de todo el pueblo:

Todo el pueblo debe interesarse porque España sea una Patria fuerte, con el vigor armado que haga falta para hacer frente a los enemigos internacionales. Pues todo el pueblo padecería en sus entrañas las desdichas que proporcionaría a España y a los españoles una situación indefensa.

Siendo débiles no podríamos ni ser neutrales en los conflictos. Y véase cómo incluso los pacifistas deben postular en España una política de vigorización militar, aunque sea para mantener nuestro propio derecho a la paz y al aislamiento.

Mientras menos fuerte sea España más probable será su intervención forzada en los conflictos internacionales que surjan alrededor del Mediterráneo.

No es, pues, dudosa la ruta. El gobierno la inicia con su plan de fortificación de las Baleares y nosotros lo aplaudimos.

(«La Patria Libre», n. 5, 16 - Marzo - 1935)