[Carta enviada a Francisco Bravo, sin fechar, posiblemente fue redactada a mediados de enero de 1935. Publicada en: Bravo Martínez, Francisco. José Antonio, el hombre, el jefe, el camarada. Eds. Españolas, Madrid, 1939, pag. 83.]
Amigo Bravo: me ha enseñado el camarada Giménez Caballero las líneas que le escribiste. Te supongo con información errónea y ello disculpa tus juicios. ¿De veras tomas en serio al que llamas jefe? Nuestra actitud, amigo, en la que desde luego nos corresponde totalmente la iniciativa, es limpia y no le alcanzan las especies calumniosas con que trata de envolverla ese pobre equivocado que es el Primo. Estamos firmes, situados magníficamente ante capas populares donde hasta hoy era imposible acercarse con un grito español en los labios. Y dispuestos a la depuración. Ya lo creo. Nosotros vamos a ser los depuradores. Por lo que se ve permaneces en el limbo. Te invito a que consideres la cosa en sus verdaderas proporciones y a vernos marchar durante un mes. Después enjuiciarás.
Cordiales saludos.
Ledesma.