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Europa es ya hoy en su casi totalidad el campo de operaciones de ese espíritu juvenil y revolucionario a que nos hemos referido en la digresión primera. Nada difícil va a sernos destacar uno por uno los acontecimientos culminantes de la actual Europa, señalar los mitos creadores que la orientan e ilusionan, examinar su gesto y sus preocupaciones, y a la vez, mostrar cómo todas esas cosas, acontecimientos, mitos, gestos y preocupaciones, son un producto genuino y una manifestación cabal de las juventudes subversivas.

Desde hace quince años, Europa vive de un modo o de otro entregada a la experiencia trasmutadora. Las juventudes automesiánicas van imponiendo día a día sus características, y ganando batallas a los poderes de signo antiguo.

Soy de los que creen que apenas si ha entrado Europa en la etapa final de las realizaciones revolucionarias, y que por eso los episodios con apariencia de ser ya un producto y una cosecha en algún modo definitiva, es decir, episodios calmadores y frenadores de la subversión histórica, obtenidos ya de ella misma, son más bien floraciones y conatos representativos del nuevo orden y del nuevo sistema aún por venir.

Si pasamos revista a todo cuanto de un modo central, y hasta de un modo formal o episódico, viene ocurriendo en Europa, lo advertiremos impregnado de una misma esencia, que responde a un estilo de subversión, de ruptura, y sueña a cada paso con interpretar novedades radicales. Y ello, tanto en los nortes ideológicos, como en las manifestaciones de índole más superficial y externa. Asimismo, que sólo desplegando los resortes típicos y hasta brutales de las épocas trasmutadoras, con su bagaje de heroísmo, imposición y denuedo, han podido quizá ser abordados e incluso vencidos los obstáculos pavorosos de esta edad.

¿Qué vemos realmente en Europa? Después de la Gran Guerra, que vino a ser el aldabonazo que abría e inauguraba el proceso subversivo, han surgido en Europa los siguientes hechos capitales, cuya comprensión exacta es imprescindible para quienes deseen tener una idea clara acerca del presente europeo:

Pacifismo de postguerra.
Bolchevismo ruso.
Fascismo italiano.
Racismo socialista alemán.
Impotencia revolucionaria marxista.
Descomposición de las instituciones económicas y políticas de la burguesía.
El paro forzoso.
La uniformación política de las masas.

Rápida y brevemente vamos a justipreciar estos fenómenos, a desentrañar su sentido y a encajarlos en el proceso mundial hoy en curso bajo la acción de las grandes masas de juventudes.