La suspensión de «JONS» por el Gobierno, con motivo del estado de alarma, hace que publiquemos con gran retraso el documento anterior, que tiene fecha de 20 de febrero y se difundió ya en hoja impresa por todas las secciones jonsistas. Pero nos interesa de modo extraordinario que figure en las colecciones de nuestra Revista y lo publicamos hoy en lugar de honor.
Hemos de comentar asimismo la situación actual de nuestros grupos, es decir, la realización práctica de nuestra fusión con Falange Española, según se comunica y ordena a todos los camaradas en ese documento por el antiguo Triunvirato Ejecutivo Central de las JONS.
Estamos en general satisfechos del ritmo que han seguido nuestras secciones jonsistas para llegar a una eficaz fusión con las secciones de F.E. de su misma zona. A nadie puede extrañar una cierta lentitud, y menos a nosotros, sabiendo cómo los camaradas de las JONS tenían que dar cumplimiento exacto a las indicaciones del anterior documento, entre las cuales la primera ordena que nadie renuncie ni olvide el carácter nacional-sindicalista revolucionario que distinguía a las JUNTAS.
No tenemos que ocultar que algunos Triunviratos jonsistas se han visto precisados a sostener un eficaz forcejeo para conseguir la vigencia en su zona de las tácticas y doctrinas nuestras. Los felicitamos por su energía y su fidelidad al nacional-sindicalismo revolucionario, pues además, ese forcejeo a que aludimos se producía en todo momento bajo la disciplina más exacta.
Sin embargo, también se han dado casos, desde luego lamentables, pero, por fortuna, pocos, de que al realizar la fusión se guareciesen bajo la careta de sostener con rigor la defensa jonsista, para afianzar egoísmos personales. Los pocos a quienes aquí se alude merecen nuestro desprecio político y que los arrojemos del seno de las JONS.
Repetimos en esta nota que el deber de todos nuestros antiguos camaradas es sostener en el nuevo movimiento las tácticas y doctrinas del nacional-sindicalismo jonsista. Pero siempre dentro de la disciplina, más aún, distinguiéndose como los que estiman y comprenden mejor la necesidad de una disciplina rigurosa y firme. Actitud distinta es, además de ineficaz para nuestros ideales, una ofensa a los camaradas que fundaron las JONS, únicos a quienes corresponde adoptar las medidas que consideren más justas para la más amplia difusión del nacional-sindicalismo revolucionario.
Además, en el Triunvirato Ejecutivo Central del nuevo movimiento F.E. de las JONS está con Primo de Rivera y Ruiz de Alda el camarada Ramiro Ledesma Ramos. ¿Hay algún jonsista que se atreva a recusar ni a poner en duda la justeza nacional-sindicalista de las consignas que emanen de un Triunvirato del que forma parte el camarada Ledesma Ramos? ¿Hay algún jonsista que no conceda todo el crédito político necesario, toda la confianza que se precise, al camarada que fundó la JONS y forjó un aparato doctrinal y táctico?
Ante la fusión con Falange Española, hoy, a los dos meses, digamos: ¡Enhorabuena y adelante!
(«JONS», n. 9, Abril - 1934)