[Carta de Ramiro Ledesma enviada a un destinatario desconocido. De su lectura se desprende que pudo ser redactada en octubre de 1931. Archivo Ramiro Ledesma Ramos]

 

Camarada y amigo: Recibo su interesantísima carta. Creo muy justificada su impaciencia, más aún si se considera que vive Vd. aislado de los focos dónde radican nuestras organizaciones. Celebro la intensa propaganda que hace entre sus amigos. Tarde o temprano conseguirá Vd. sin duda convencer a algunos de ellos. El porvenir es nuestro, y continuidad en la actuación política no nos faltará. Si envía Vd. a nuestras oficinas direcciones de amigos posibles se le remitirá propaganda.

Sus observaciones en cuanto a la línea general de nuestro grupo me parecen exactas y oportunas. En efecto no somos fascistas (este es un fenómeno político fundamental y exclusivamente italiano, por tanto ajeno a nosotros). No somos comunistas (esta palabra significa hoy en realidad, y sólo, bolchevismo, esto es fenómeno político fundamental y exclusivamente ruso). Vea Vd. que nosotros nacemos a la lucha política con el afán de descubrir la clave y el resorte actual de un movimiento revolucionario fundamental y exclusivamente hispánico. Para ello, nos equipamos con todas las armas eficaces. Somos anticonservadores, antiburgueses, deseamos una estructuración económica que permita hoy la incorporación de todo español, por tanto también el proletario, a la eficacia revolucionaria. Forma parte radical de ese nuestro equipo una concepción novísima del Estado. El Estado liberal, hasta aquí vigente, y todo su bagaje de instituciones mediocres ha periclitado. He ahí la necesidad de nuestro Estado, no liberal sino indiscutible y absoluto.

Respecto a sus insinuaciones acerca de la necesidad de explicar y fundamentar la nueva doctrina política que representamos, he de decirle que todo se hará a su debido tiempo, y hay camaradas nuestros que trabajan fervorosamente en esa tarea.