«Señor director de INFORMACIONES. 

 

Distinguido amigo: Le ruego publique en su diario las breves líneas que siguen. 

 

El periódico separatista que dirige en Barcelona el Sr. Companys ha tenido la vileza de escribir que mi detención de hace tres meses se debió a que preparaba un complot monárquico. Salgo al paso de la calumnia diciendo que mi detención arbitraria obedeció única y exclusivamente al hecho cierto de que organizaba con los demás camaradas de mi partido (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista J.O.N.S.) una manifestación pública de hostilidad contra la significación antiespañola de los diputados de Maciá. El director de Seguridad, señor Galarza, puede decir sobre esto la palabra más autorizada, si bien no la necesitan los calumniadores, porque tienen tan buena información como mala fe.

Y no me refiero a las fantásticas relaciones que señala el órgano insidioso del Sr. Companys entre nuestra fuerza política —de significación hondamente nacional y antimarxista— con el doctor Albiñana, porque éste ha rectificado ya la absurda especie.

 

Gracias de su afectísimo, R. Ledesma Ramos

 

(«Informaciones», Madrid, nº 3.075, 25 – noviembre – 1931, p.  9.)