Cada día es más difícil nuestra tarea. El régimen demoliberal bloquea a LA CONQUISTA DEL ESTADO, sometiéndola a persecuciones tiránicas. Es sabido que nuestro periódico no circula en Cataluña, pues los esbirros de Maciá intervienen en Correos todos nuestro envíos. Incluso los números de los suscriptores. Ello sin orden judicial, es decir, arbitraria y despóticamente. El Gobierno se cruza de brazos y permite que el tiranuelo Maciá impida, en nombre de la libertad, la circulación de LA CONQUISTA DEL ESTADO.

Ahora resulta que también el señor fiscal nos lee con lupa, y el número anterior fue denunciado, recogiéndonos gran cantidad de ejemplares, y es de esperar a correo seguido el procesamiento de nuestro director.

Todo esto indica que, como ya se nos había anunciado, las autoridades se disponen a batir nuestras propagandas. Bien. Hemos de equiparnos, pues, para la pelea. Que sostendremos hasta el final, sin retroceder un solo paso. Ahora bien; nuestra táctica será siempre la más eficaz y no vacilaremos en arrostrar las interpretaciones enemigas. Hasta aquí nos hemos dedicado primordialmente a la exposición de unas ideas políticas mozas, de sentido actualísimo y marca revolucionaria, y observamos ya la necesidad de revestir las propagandas de otra clase de alientos que los hasta ahora utilizados.

Equipos de camaradas nuestros irán por las ciudades y los campos con objeto de popularizar las metas ideológicas y tácticas que nutren hoy las páginas de LA CONQUISTA DEL ESTADO. De este modo surgirá un extendido movimiento popular, con una pujanza revolucionaria tal, que su actuación tenga por norma exclusiva el despertar violento del coraje hispánico.

Así, pues, en adelante profesaremos el método directo del mitin a la tarea de escribir cuartillas. Esto no equivale a suprimir la publicación de LA CONQUISTA DEL ESTADO. Es imperecedera; porque le corresponde destacar el espíritu político de la nueva generación, que nosotros representamos. Creemos suficientes cuatro páginas para comunicar semanalmente con nuestros lectores. Ello nos permitirá hacer frente, sin mucho quebranto, a las persecuciones policiacas que nos esperan. De todos modos, intercalaremos números de seis páginas cuando lo creamos oportuno.

No se ocultará a nuestros lectores que esta reforma responde a un afán de eficacia. Eficacia es la palabra sagrada del Diccionario. Nosotros sacrificamos todo a una ruta de eficacia. Ella nos ordena ahora reducir las páginas de nuestro periódico, y así lo hacemos. A la vez, disminuimos el precio, que será desde hoy de 0,20 pesetas el ejemplar.

(«La Conquista del Estado», n. 17, 4 - Julio - 1931)