Lamentamos mucho tener siempre que utilizar esta palabra de ruindad para referirnos a la actitud de los dirigentes falangistas respecto a nosotros. Su proceder es en efecto rufianesco. Todas las semanas movilizan a sus afiliados para impedir la difusión de LA PATRIA LIBRE en las calles. Recibimos numerosas quejas de esos mismos afiliados falangistas, que nos expresan su repugnancia a cumplimentar esas órdenes, consideradas noblemente por ellos como ruínes. Y véase cómo su reiteración va a resultar nuestra mejor propaganda en sus propias filas. Porque, repetimos, aquellos camaradas terminan fatalmente reaccionando a favor de las J.O.N.S. y estarán casi todos con nosotros muy en breve.
He ahí la razón por la que no contestamos sus provocaciones, actitud que ellos de seguro y cretinamente toman por cobardía. Hay otra razón también: no queremos luchar sino en último extremo contra los afiliados falangistas que de buena fe y engañados por la ruindad de sus dirigentes nos provocan.
Pero sepan que la circulación y difusión de LA PATRIA LIBRE, órgano de las J.O.N.S., están aseguradas.
(«La Patria Libre», n. 4, 9 - Marzo - 1935)